Género y Sexualidad: una mirada al pasado Las representaciones de la mujer y del hombre en el cine han evolucionado, en paralelo al avance de la sociedad occidental y el acceso de las mujeres a la igualdad. Su salida del ámbito doméstico y paulatina conquista (todavía insuficiente) de los puestos de decisión, ha ido de la mano con la ruptura de los tradicionales roles de género que aparecían en las películas, hasta la producción actual de un cine en el que se difuminan los papeles de mujer y hombre. Se ha comenzado a hablar por fin de personas, donde el sexo como distintivo de una conducta determinada es accesorio, y hay un acercamiento a la realidad de ambos. Por supuesto no se trata de un fenómeno unidireccional, se producen películas con temáticas y tratamiento de los caracteres desde diversos puntos de vista y siguen proyectándose (sobre todo en cierto cine comercial) muchas donde se “rinde homenaje” a las más rancias tradiciones. Aquí se ha escogido un ramillete de películas con dos subtemáticas. El primer grupo está formado por algunos de los clásicos del cine de Hollywood (con la excepción de Metrópolis); en él las mujeres se mueven entre dos polos opuestos: la mujer fatal, modelo que pasa de la literatura negra al cine, una mujer objeto de deseo sexual, independiente y compleja, que pervierte al hombre y es castigada o convertida a los valores tradicionales; y la mujer que elige por encima de cualquier razón el amor, esposa, y madre (Luz que agoniza; Gilda; Jezabel; La loba; Metrópolis…). El segundo grupo (películas realizadas durante el régimen franquista o sobre él), refleja desde los archiconocidos roles de género de la época (familia, maternidad, noviazgo interminable, etc.), hasta los ambientes en los que se movían las minorías sexuales en la España de los años 60 y 70 (Ana dice sí; Condenados; El diputado; Función de noche; Gary Cooper, que estás en los cielos...; La gran familia; Ninette y un señor de Murcia; La tía Tula; Ocaña retrato intermitente...). Como excepción, se han incluido en este grupo dos películas cuya acción no está situada en la España franquista (Yerma y Solas) por el interés que tienen como reflejo de la situación que vivían las mujeres en la dictadura (indirectamente en el caso de Solas y por su continuidad durante el franquismo en el caso de Yerma). |