En el artículo "Los niveles de análisis de la emoción", de J.E. Ortega y Fernández Dols se analizan las implicaciones de la teoría de James con un siglo de perspectiva y, se realiza un amplio estudio de la noción de emoción y su significación psicológica y epistemológica. Se exponen los principios fundamentales de la Teoría de James-Lange, además de exponer la teoría de Canon que se enfrentaba a la Teoría de James-Lange, se recogen también, aquellas teorías que se sitúan en un punto intermedio de estas dos teorías. Finalmente se analiza en mayor profundidad la teoría de James en la actualidad y sus implicaciones epistemológicas.
Fuente: José Eugenio Ortega Ruano, José Miguel Fernández Dols. (1985). Los niveles de análisis de la emoción. Estudios de psicología, (21), 34-56 La teoría de la emoción james-Lange La teoría de James-Lange es una hipótesis sobre el origen, la naturaleza y la transmisión de las emociones. La teoría fue propuesta por William James y Carl Lange simultáneamente, pero de forma independiente, en 1884 y propone que la corteza cerebral recibe e interpreta los estímulos sensoriales que provocan emoción, produciendo cambios en los órganos viscerales a través del sistema nervioso autónomo y en los músculos del esqueleto a través del sistema nervioso somático.
Básicamente, esta teoría se oponía a la idea, proveniente del sentido común de que la percepción conllevaba una emoción y esta provocaba una reacción fisiológica. Tanto James como Lange proponían un modelo en el que la reacción fisiológica ante el estímulo era la que provocaba la emoción: No lloro porque tengo pena, sino que tengo pena porque lloro.
La teoría establece que, como respuesta a las experiencias y estímulos, el sistema nervioso autónomo crea respuestas fisiológicas (tensión muscular, lagrimeo, aceleración cardio-respiratoria...) a partir de las cuales se crean las emociones.
Un ejemplo clásico de James es el del oso: el sentido común nos dice que el ver un oso provoca miedo, lo cual nos impulsa a correr. James dice que la respuesta adecuada ante un oso es correr, lo cual impulsa a sentir miedo. La teoría se superó en los años 1920 al proponerse la teoría de Cannon-Bard.
Fuente: Wikipedia. |