Basada en una historia real, Erin Brockovich, divorciada con tres hijos y muchas dificultades económicas, persuade al abogado que ha llevado y perdido su demanda, en un juicio por lesiones automovilísticas, para que la contrate en su bufete.

Curiosa y combativa, acostumbrada a las causas perdidas, mientras realiza su trabajo en el bufete descubre accidentalmente unos expedientes que parecen relacionar las actividades extractivas de una gran empresa de gas, con la presencia de enfermedades en las familias del pueblo donde la empresa realiza su actividad. Tras conseguir el apoyo del bufete inicia una investigación en la zona afectada, en la que destaca por su capacidad para empatizar con las víctimas y su progresiva implicación.

La película con un formato comercial, donde no faltan el humor y el desparpajo al que los papeles de Julia Roberts nos tiene acostumbrados (fue Óscar a la mejor interpretación femenina), traslada con eficacia la fatal relación entre economía y política, la soberbia de los grandes intereses empresariales que se consideran intocables y el tesón de una mujer, sin estudios pero muy inteligente, que fue capaz de llevarlos a juicio y conseguir una jugosa indemnización para las víctimas.

Todos los años en el pueblo japonés de Taiji tiene lugar un macabro espectáculo: en la ensenada denominada The Cove, los pescadores disponen las redes para que miles de delfines que recalan en la zona queden atrapados. De madrugada algunos son capturados con destino a los delfinarios y la gran mayoría de ellos (se estima en 23.000 el número de delfines asesinados anualmente) asesinados y su carne vendida para el consumo humano, una carne tóxica.

El documental es una emocionante denuncia de este suceso anual que es ocultado por las autoridades de Japón. Es fruto del fructífero encuentro entre Ric O'Barry y Louie Psihoyos, con la participación de un equipo de gente que puso en juego su propia integridad física para hacer llegar al mundo las imágenes probatorias: tuvieron que filmar con cámaras ocultas y sin el conocimiento de las autoridades del país, que no querían que la historia trascendiese. El primero, conocido por haber sido en un tiempo el entrenador de los delfines de la película Flipper, y actualmente activista internacional en la defensa de estos animales y en contra de su cautiverio de nefastas consecuencias, puso en conocimiento de Louie Psihoyos, exfotógrafo de National Geographic, lo que estaba ocurriendo en Japón.

Se ha dicho en todas las críticas: con el ritmo, la tensión, la intriga de un thriller, The Cove denuncia ante el mundo el predominio de los intereses comerciales por encima de la vida de personas y animales, ejemplificado en la matanza de unos cetáceos inteligentes y sensibles como los delfines.

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