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Charles Dickens: su vida, su obra, su ciudad

Vida cotidiana

06/06/2022
Charles Dickens: vida cotidiana

El ómnibus de Bayswater. George W. Joy, 1895

Gran baile en Devonshire House, 1850

Los bailes eran frecuentes entre la aristocracia durante "la temporada", ritual que tenía la finalidad de presentar a las jóvenes casaderas en sociedad.

 
Charles Dickens: vida cotidiana
 

Grand Ball at Devonshire House, on Tuesday. Illustration for The Illustrated London News, 25 May 1850

Interior de una casa victoriana de clase media, 1850

Al ser la música una de las diversiones preferidas por todas las edades, era habitual disponer de un piano como parte del mobiliario de las casas de la época.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

Interior de una casa victoriana de clase media

Almacenes en el Támesis, 1852

La potente migración de trabajadores del campo a Londres con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida, dará lugar a un proletariado industrial habitante de los suburbios, explotado sin misericordia en las fábricas, fuente inagotable de mano de obra barata.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

Warehouses by the Thames. Gustave Doré, 1872

Mujer ahogada, 1867

Mujer muerta por ahogamiento encontrada a orillas del Támesis, bajo Waterloo Bridge. Supuestamente una suicida.

La miseria y las malas condiciones de vida de las clases bajas daban lugar a estos sucesos frecuentemente.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

Found Drowned. George Frederic Watts, c. 1850

Café en Whitechapel, 1872

Los cafés eran un lugar habitual de reunión para los hombres. En esta ilustración, los que están sentados miran con atención a otros que entran.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

A Whitechapel Coffee House. Blanchard Jerrold and Gustave Doré, 1872

Ilustración de Magasin des Demoiselles, 1865

El papel más tradicional de la mujer victoriana de la clase alta: madre de familia.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

Paris fashion ad. Toudouze, Adèle Anaïs Colin-Engraver, 1865

La institutriz, Richard Redgrave, 1844

Una de las profesiones más habituales y aceptadas socialmente para las mujeres de buena familia venidas a menos, era dedicarse a cuidar a los hijos de familias adineradas o a ancianas, a medio camino entre la sirvienta y la dama de compañía. En esta circunstancia se basa la trama de la novela Jane Eyre.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

The Governess. Richard Redgrave, 1844

The Great Social Evil. Caricatura sobre la prostitución de la época, 1857

Caricatura de Punch sobre la prostitución, lacra social de la época, aunque no se tratase de una actividad ilegal. Se cree que entre 80.000 y 120.000 prostitutas ejercían en Londres en tiempos de Dickens. Eran frecuentes los "hogares para mujeres arrepentidas", como Urania Cottage, patrocinado por el escritor, para ayudarlas a cambiar de vida.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

The Great Social Evil. John Leech, 1857

Vendedoras de flores

Las mujeres de clase baja, dado que apenas eran admitidas en las fábricas, trabajaban como criadas, vendedoras ambulantes o en el peor de los casos como prostitutas.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

Flower Girls. William Blanchard Jerrold y Gustave Doré, 1890

Un magnífico despliegue. G. Cruikshank, 1850

Sátira sobre la moda de las crinolinas que convertían a las mujeres en objetos decorativos y dificultaban su vida diaria. Cuanto más importante era una dama, más ceñido llevaba el corsé y más amplio el miriñaque.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

A Splendid Spread. George Cruikshank, The Comic Almanack, 1850

Solicitantes de refugio temporal. S.L. Fildes , 1874

Pobres haciendo cola a la puerta de un refugio en los suburbios. Muchos indigentes acudían al socorro que proporcionaban estas instituciones.

 
Charles Dickens: vida cotidiana

Solicitantes de refugio temporal. S.L. Fildes , 1874

El trabajo infantil 

El oficio de deshollinador era uno de los más frecuentes entre los niños porque su pequeño tamaño les facilitaba el acceso a las chimeneas. Causaba desconfianza entre los dueños de las casas porque temían su posible colaboración con bandas de desvalijadores. La explotación de la infancia fue denunciada por Dickens en sus novelas y él mismo la padeció.

 
Charles Dickens: vida cotidiana