Investigación
Beber un poco de alcohol no es beneficioso para la salud
Una investigación liderada por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) publicada en la revista Addiction confirma que beber mucho alcohol perjudica la salud en personas mayores, lo que se evidencia con niveles más elevados de GDF-15, un novedoso biomarcador de carga de enfermedad crónica. El trabajo también confirma que beber poca cantidad no aporta ningún beneficio.
Los daños del alcohol sobre la salud solo se evitan no bebiendo. Pero si bebes, cuanto menos mejor / Getty
Beber mucho alcohol daña la salud, pero los efectos de beber solo un poco no están tan claros. Algunos estudios epidemiológicos en países anglosajones habían observado que tomar una o dos bebidas alcohólicas al día se asociaba con menor mortalidad por enfermedad cardiovascular. Pero estos estudios tenían varios problemas metodológicos.
De hecho, estudios más recientes y de mayor calidad han demostrado que, aunque consumir un poco de alcohol puede reducir el riesgo de infarto de miocardio, un tipo muy concreto de enfermedad cardiovascular, los perjuicios para otras enfermedades, y especialmente para el cáncer, son mucho mayores; por ello, incluso pequeñas cantidades de alcohol podrían dañar la salud.
Para aclarar si consumir un poco de alcohol beneficia o no a la salud, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Hospital La Paz de Madrid, el CIBERESP y el IMDEA-Alimentación estudiaron a más de 2.000 personas mayores de 65 años que bebían alcohol o eran exbebedores, y recogieron datos sobre su consumo de alcohol a lo largo de la vida, otros estilos de vida, enfermedades, etc.
Los investigadores también midieron GDF-15 en sangre, un biomarcador de carga de enfermedad crónica que se encuentra elevado cuando existen enfermedades, incluso cuando todavía no han aparecido síntomas.
El estudio, financiado por el Plan Nacional sobre Drogas, utilizó métodos muy rigurosos de análisis de datos, como considerar todo el alcohol consumido a lo largo de la vida, en lugar de solo el consumido en la actualidad.
“Esto permitió asignar a los exbebedores a los grupos de bebedores que les corresponderían según el alcohol consumido a lo largo de la vida en lugar de eliminarlos de dichos grupos. Así se evitan errores habituales en estos estudios, puesto que muchos exbebedores dejaron de beber por problemas de salud, y al eliminarlos se podría observar una aparente mejor salud en los que siguen bebiendo”, explican los autores.
Además, los investigadores estudiaron por separado a las personas con diabetes o enfermedad cardiovascular y a las que no tenían estas enfermedades, para de este modo establecer si el alcohol influye sobre la salud. También tuvieron en cuenta muchas características de los participantes, tanto sociodemográficas como de estilos de vida.
Cuanto más se bebe, mayores niveles de GDF-15
Los autores encontraron que en las personas sanas (sin diabetes ni enfermedad cardiovascular), el consumo de alcohol solo se asoció a los niveles de GDF-15 en los que bebían mucho (más de dos copas diarias las mujeres y más de cuatro los hombres), aumentando un 2,7% con cada copa de alcohol.
Por el contrario, en las enfermas, las que bebían mucho tenían niveles de GDF-15 un 27% más altos que las que bebían poco (menos de una copa diaria en las mujeres, y menos de dos en los hombres). Además, el GDF-15 aumentaba casi un 2% con cada copa de alcohol.
“El contexto en que se bebe también era importante. Así, en los participantes sanos, tener un patrón mediterráneo de consumo de alcohol, caracterizado por beber poco, preferentemente vino, y solo durante las comidas o acompañado de una dieta mediterránea, se asociaba con niveles algo más bajos de GDF-15. Estos resultados probablemente se deben más a que consumir con la comida reduce la alcoholemia, o a la dieta mediterránea, que al propio alcohol”, detallan los autores.
Así, los resultados muestran los perjuicios de beber mucho alcohol sobre el GDF-15, pero no han encontrado ningún beneficio de beber poco.
“Esto tiene importantes implicaciones prácticas, porque sugiere que las personas mayores no mejorarían su salud bebiendo poco, pero sus enfermedades crónicas podrían agravarse si bebieran más”.
Además —concluyen los autores—, aunque las asociaciones observadas no parecen muy grandes, basándonos en asociaciones de otros estudios entre GDF-15 y muchas enfermedades crónicas y también con la mortalidad, sí que tienen gran relevancia desde el punto de vista de salud pública dado que el consumo de alcohol está muy extendido en la población”.
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Referencia bibliográfica:
Ortolá, R., García-Esquinas, E., Buño-Soto, A., Carballo-Casla, A., Sotos-Prieto, M., Banegas, J.R., Rodríguez-Artalejo, F. 2022. Alcohol consumption patterns and growth differentiation factor 15 among life-time drinkers aged 65+ years in Spain: a cross-sectional study. Addiction. doi: 10.1111/add.15809.
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