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¿Cómo de habilidosos son los ratones de campo cuando se les restringe el acceso al alimento?
Un equipo del Área de Zoología del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), nos resume en este artículo los experimentos que ha diseñado para entender cómo los ratones de campo se enfrentan al problema de explotar una fuente de alimento desconocida y de acceso limitado.
Un ejemplar de ratón de campo (Apodemus sylvaticus) comiendo maíz / Mª Carmen Hernández González
Los animales salvajes deben enfrentarse continuamente a decisiones que afectan directamente a su presupuesto energético. A la hora de explotar una nueva fuente de alimento, hay que considerar no solo el aporte de energía que puede ofrecer este, sino también el coste asociado al tratar de obtenerlo.
Y no hablamos solo del coste más evidente de tratar de acceder al alimento y manipularlo, sino también del tiempo que esto conlleva y que, por ende, no se está dedicando a otras actividades que son cruciales, como pueden ser la reproducción o la defensa del territorio. Por tanto, las decisiones que se toman a la hora de mantener este balance repercuten de manera directa en la capacidad de reproducirse y sobrevivir del animal.
Para entender cómo los ratones de campo (Apodemus sylvaticus) se enfrentan al problema de explotar una fuente de alimento desconocida y de acceso limitado, preparamos una serie de tratamientos experimentales donde se les ofrecía maíz con diferentes grados de restricción.
En el Monte de Valdelatas, estos tratamientos se introdujeron por separado en distintas fases dentro de trampas no letales para ratones, las cuales usábamos para capturar a los individuos y recolectar datos sobre su edad, sexo y estado reproductor, así como la cantidad de comida que habían ingerido y cómo habían interactuado con los tratamientos.
Encontramos que los ratones adaptaron el esfuerzo para obtener el alimento según la dificultad para acceder a este. Por ejemplo, los botes cerrados presentaban un mayor número de mordiscos y la superficie roída era más grande que en los botes abiertos.
En cuanto a la cantidad de alimento ingerida, fue menor en los tratamientos de dificultad alta (ovillo con metal y bote cerrado), probablemente porque tratar de obtener el maíz no compensaba el gran esfuerzo que suponía obtenerlo.
Aunque no encontramos ningún efecto del sexo, la edad, ni el estado reproductor, un factor que resultó clave en el esfuerzo dedicado a obtener el alimento fue la experiencia. Los ratones capturados por primera vez royeron un área significativamente menor en el bote cerrado en comparación con los individuos que ya habían sido capturados previamente.
Además, el área roída aumentaba de forma significativa cada vez que eran capturados de nuevo. Esto parece indicar que los ratones aprendían por una parte a perfeccionar su habilidad para roer los botes y acceder al maíz, y, posiblemente por otra, que el esfuerzo merecía la pena en términos energéticos.
Este trabajo pone de manifiesto la gran capacidad de los ratones para adaptarse a explotar una fuente de alimento desconocida en tiempo limitado, así́ como la rapidez para refinar su técnica. Estos resultados son parte de un estudio más amplio que valora también cómo afecta a esta toma de decisiones el riesgo de depredación y cómo varían los niveles de estrés de los ratones.
A) Tratamientos de restricción del alimento. Todos contenían 5 gramos de maíz en su interior. B) Detalle de las trampas utilizadas para capturar a los ratones con el tratamiento de acceso al alimento dentro. Se observa el tratamiento de bote cerrado con una esquina roída. C) Gráfico que muestra el aumento progresivo de la superficie roída en los botes cerrados según el número de veces que era capturado cada individuo / Mª Carmen Hernández González
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Mª Carmen Hernández González es graduada en biología por la Universidad de Salamanca y doctora en biología por la Universidad Autónoma de Madrid, donde trabajó como Profesora Ayudante 5 años. Actualmente, ha obtenido un contrato postdoctoral en la Universidad de Castilla La Mancha dentro de las medidas para el retorno y retención de talento de la JCCLM. Sus estudios se centran principalmente en el comportamiento de mamíferos y aves silvestres.
Álvaro Navarro-Castilla es licenciado en biología (Universidad SEK), graduado en veterinaria (Universidad Complutense de Madrid) y doctor en biología por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Ha trabajado impartiendo cursos de formación homologados en materia de Bienestar Animal y como consultor de proyectos europeos de I+D+i en las convocatorias del programa Horizonte 2020. Actualmente es Profesor Ayudante Doctor en el Departamento de Biología (Unidad Zoología) de la Facultad de Ciencias (UAM).
Isabel Barja es Profesora Titular de la UAM y lidera el grupo de investigación de comportamiento animal y eto- ecofisiología. Desde sus inicios, sus investigaciones se centran en aspectos relacionados con la comunicación química en mamíferos.
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Referencias bibliográficas:
Hernández, M. C., Navarro-Castilla, Á., Barja, I. 2019. Wood mouse feeding effort and decision-making when encountering a restricted unknown food source. PLoS ONE 14(6), e0212716.
Hernández, M. C., Navarro-Castilla, Á., Wilsterman, K., Bentley, G. E., Barja, I. 2019. When food access is challenging: evidence of wood mice ability to balance energy budget under predation risk and physiological stress reactions. Behavioral Ecology and Sociobiology 73, 1-11.
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