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La preparación física en baloncesto ayuda a que las jugadoras se empoderen, sean fuertes y se endurezcan mentalmente
En los últimos años estamos viviendo el auge del deporte femenino. Se hace evidente que la sociedad muestra un mayor interés en las competiciones en las que participan mujeres y el Nou Bàsquet Paterna es un ejemplo de ello, un equipo de baloncesto femenino vinculado al Valencia Basket Club.
Ignacio Palmero, preparador físico en Valencia Basket Club / Valencia Basket Club
El pasado 28 de octubre, las valencianas se alzaron con la victoria en el pabellón de Paterna en un juego muy reñido contra el rival mallorquín. Gradas abarrotadas de familiares, amigos y aficionados disfrutando del sexto partido de la liga femenina Challenge, el segundo nivel del sistema de ligas de baloncesto femenino de España. Ignacio Palmero es el preparador físico de este joven equipo femenino.
Ignacio, ¿por qué preparación física?
Cuando acabé la carrera tenía muchas inquietudes en todo lo que tenía que ver con la educación deportiva vinculada al baloncesto. Bajo mi punto de vista, se podían hacer muchas más cosas y se podía mejorar mucho desde un punto con un enfoque más integrado, holístico y teniendo en cuenta diferentes factores que envuelven al desarrollo de un deportista joven y que a lo mejor no se estaban teniendo tan en cuenta desde el punto de vista del rendimiento y son esenciales para que a largo plazo ese rendimiento se pueda dar.
¿Consideras que el aumento en el interés últimamente en el deporte femenino y en concreto en el baloncesto femenino, es una realidad palpable en vuestro día a día?
Yo creo que sí, que ha habido un cambio en los últimos años, pero es cierto que queda mucho camino por recorrer. Ha habido algo fundamental que ha sido la visibilidad. Y con la visibilidad me refiero a referentes del deporte femenino que han salido a la palestra y que han ido más allá de hablar del propio juego, han hablado del papel que juegan las mujeres en la sociedad cuando tienen posiciones que son visibles y desde las que pueden hacer cosas. Eso me parece importante, pero se tiene que dar todavía más. Creo que sigue habiendo un problema grave y es el abandono deportivo de las deportistas adolescentes. En algunos casos la competición deportiva va hacia el rendimiento y no tanto hacia lo social. Es decir, digamos que en chicos sí que hay un espacio más para lo social que en chicas, donde considero que el espacio de jugar por jugar, porque a mí me apetece jugar con mis amigas, no está tan presente.
También creo que las marcas tienen que apostar, los patrocinadores tienen que invertir y, por supuesto, las entidades públicas tienen que involucrarse, porque muchas veces se habla de que el deporte femenino no tiene la misma repercusión que el masculino. Ya, pero es que en el baloncesto masculino muchas veces se genera porque partes de una base robusta, de una inversión previa. A lo mejor hay que hacer esa inversión previa en baloncesto femenino y arriesgar. Yo creo que le tendencia es buena. Soy optimista.
“El baloncesto como un espacio social y de juego, también para las mujeres, debe estar más presente”
Tu experiencia abarca tanto el baloncesto masculino como el femenino de alto rendimiento. ¿Has identificado diferencias en cuanto a la preparación física de estos equipos?
Intento no hacer mucha diferenciación entre lo que es baloncesto masculino y femenino porque creo que todo es baloncesto. Quizá en categorías senior sí que se establece una relación con las jugadoras de diálogo, entendimiento y mayor profundización en el trabajo que hacemos. Esto en cuanto a la organización y gestión humana del equipo. En cuanto a la preparación física a nivel estructural, hay una prevalencia mayor de lesiones de ligamento cruzado anterior en chicas que en chicos, por ejemplo. En este sentido sí hay que adaptar la preparación física. Otro ejemplo: se deben tener más en cuenta los desequilibrios entre cadena anterior y posterior en mujeres, porque ese ángulo provoca que tengan mayor riesgo de sufrir lesiones de rodilla las mujeres que los hombres. Las tareas a las que se debe dar más importancia son aquellas que prevengan las lesiones que tienen mayor prevalencia en cada grupo, sean hombres o mujeres.
Y, desde una perspectiva más personal, ¿has observado que las jugadoras están sometidas a un mayor juicio, presión o valoración externa que sus compañeros en las mismas categorías?
Por supuesto. El baloncesto es un espacio más que refleja la sociedad actual. Pero bueno, justamente el deporte era un lugar reservado para para los hombres históricamente y creo que creo que eso sí que está cambiando para bien.
“Las tareas a las que se debe dar más importancia son a aquellas que prevengan las lesiones que tienen mayor prevalencia en cada grupo, sean hombres o mujeres”
¿Qué puede aportar el profesional de la preparación física en mejorar las condiciones del baloncesto femenino, tanto a nivel profesional como personal?
Podemos trascender con nuestro trabajo evitando la condescendencia y el paternalismo, sobre todo en cantera. Creo que podemos ayudar a que las jugadoras se empoderen, sean fuertes y se endurezcan mentalmente. Que tengan presente el “aquí estoy yo. He venido para quedarme”. Podemos hacer que nuestro trabajo vaya más allá del baloncesto y que las jugadoras puedan interiorizar estrategias que les ayuden en muchas áreas de su vida: disciplina, autoconocimiento, buenos hábitos... También con la utilización del lenguaje creo que se pueden cambiar cosas. Al final son las pequeñas cosas las que influyen y repercuten en las jugadoras y en el entorno.
Isabel Hinarejos Martínez es biotecnóloga por la Universitat Politècnica de València y se especializó en genética y genómica humana en la Universitat de Barcelona. Actualmente se encuentra finalizando su tesis doctoral en biomedicina y biotecnología, en la línea de investigación de biología molecular y genética, centrándose en la investigación de enfermedades raras neurodegenerativas, a la vez que cursa el Título de Experto en Comunicación Pública, Divulgación de la Ciencia y Asesoramiento Científicos.