Investigation
Nuestra adaptación a climas extremos comenzó mucho antes de lo que creíamos
La capacidad de adaptarse a ambientes desérticos y áridos no es exclusiva de los humanos modernos. Un reciente estudio, en el que participa la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y otras instituciones españolas, ha revelado que el Homo erectus ya tenía estas habilidades hace un millón de años. Los resultados se publican en la revista Communications Earth and Environment.
Un equipo internacional de investigadores, liderado por el Dr. Julio Mercader de la Universidad de Calgary (Canadá), en el que colabora la investigadora María Soto, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha demostrado que el Homo erectus ya poseía la capacidad de adaptarse a diferentes nichos ecológicos, incluyendo ambientes desérticos extremadamente áridos, sin cobertura vegetal y con episodios recurrentes de incendios naturales, hace un millón de años.
Esta capacidad de resiliencia y adaptación a hábitats marginales se había atribuido hasta ahora exclusivamente a especies más recientes, como el Homo sapiens. Sin embargo, este estudio revela que el género Homo era ya una especie generalista, capaz de sobrevivir en diversos ecosistemas desde su origen.
Los resultados, publicados en Communications Earth and Environment, confirman que la plasticidad ecológica del Homo erectus se remonta a las primeras etapas de nuestro género, abriendo una nueva ventana al comportamiento humano que podría ayudarnos a entender mejor nuestras capacidades de adaptación y los factores que facilitaron la migración, colonización y supervivencia en nuevos hábitats.
Nuevas excavaciones en Engaji Nanyori
Nuevas excavaciones en el yacimiento de Engaji Nanyori, anteriormente conocido como Juma's Korongo (JK), un lugar previamente estudiado por reconocidas arqueólogas como Mary Leakey y Maxine Kleindienst, han recuperado materiales y datos que han sido analizados desde una perspectiva transdisciplinar. Estos estudios incluyeron dataciones, análisis tecnológicos, marcadores moleculares, análisis isotópicos, geoquímica, tafonomía, taxonomía y técnicas de reconstrucción paleoambiental, como el análisis de pólenes y fitolitos.
Los resultados obtenidos en la Garganta de Olduvai, una región clave para el estudio de la evolución humana, han confirmado la existencia de un ambiente desértico e hiperárido, con episodios reiterados de sequía, un hábitat tradicionalmente considerado marginal para el ser humano. A pesar de ello, Homo erectus logró sobrevivir utilizando los cursos fluviales, como ríos y meandros de baja energía, donde desarrollaban sus actividades cotidianas, tal como lo demuestran las herramientas líticas y los restos de fauna procesada y consumida por estos homínidos.
Asociación entre herramientas y fauna
El estudio también evidencia la clara asociación entre los restos de animales consumidos y las herramientas utilizadas, en un excelente estado de conservación. Esto fue posible en parte gracias a la construcción de un museo por parte de Mary Leakey, que posteriormente fue abandonado y cuyas paredes protegieron una extensa secuencia sedimentaria. En esta secuencia se identificaron cuatro niveles arqueológicos, que revelan estrategias de continuidad tecnológica y un alto grado de procesamiento de la fauna por parte del Homo erectus, con poca intervención de los grandes carnívoros.
Gracias a novedosas técnicas arqueológicas, este estudio ha permitido reconstruir el paisaje de la Garganta de Olduvai de hace un millón de años (Bed III, 1.2-0.9 millones de años), sugiriendo que nuestras capacidades adaptativas y la flexibilidad ecológica se desarrollaron mucho antes de lo que se pensaba.
Reconocer esta capacidad de adaptación del Homo erectus abre nuevas hipótesis sobre las razones de nuestra salida de África, las posibilidades de habitar diferentes ecosistemas, incluyendo aquellos con recursos limitados, y profundizar en nuestra plasticidad y resistencia como especie.
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Referencia bibliográfica:
Mercader, J. Akuku, P. Boivin, N., Camacho, A., Carter, T., Clarke, S., Cueva-Tempreana, A. Favreau, J. Galloway, J., Hernando, R. Huang, H., Hubbard. S., Kaplan, J., Larter, S. Magohe, S., Mohammed, A., Mwambwiga, A., Oladele, A., Petraglia, M., Roberts, P., Saladié, P., Shikoni, A., Silva, R., Soto, M., Stricklin, D., Mekonnen, D.Z., Zhao, W., Durkin, P. 2025. Homo erectus adaped to steppe-desert climate extremes one million years ago. Communications Earth and Environment.
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