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“Compararnos con el mundo antiguo nos da la medida de los avances de los derechos de la mujer”
Rosario López Gregoris, profesora del Departamento de Filología Clásica de la UAM y conocida por sus trabajos sobre la situación de la mujer en la Antigüedad, ha editado recientemente el libro colectivo "Mujer y violencia en el teatro antiguo" (Catarata, 2021). A través de sus investigaciones nos anima a reflexionar sobre los avances en igualdad en nuestro mundo, a la luz de los estudios de género aplicados al mundo antiguo.
Rosario López Gregoris, profesora del Departamento de Filología Clásica de la UAM / Luis Unceta
Los datos sobre la situación de la mujer en el mundo presentados en 2019 por el proyecto Social Institutions and Gender Index de la OCDE son escalofriantes. El estudio, elaborado con datos de 180 países, alerta de cuestiones como las siguientes: un 16% de adolescentes años fueron casadas antes de cumplir los 18 años; en 27 países, las mujeres casadas están legalmente obligadas a obedecer a sus maridos y el 31% de las mujeres ha recibido algún tipo de violencia de su pareja.
La filóloga clásica Rosario López Gregoris siempre ha fomentado las lecturas de los textos bajo la luz de nuestras realidades y datos como estos le preocupan especialmente. Su trabajo se ha desarrollado en tres ámbitos fundamentales: la semántica latina, la tradición clásica y los estudios de género, ámbito este último en el que se desarrolla el libro que ha editado recientemente, Mujer y violencia en el teatro antiguo, publicado en 2021 por la editorial Catarata.
En los últimos años, sus intereses se han centrado en la “gente corriente” de la antigua Roma, quienes no pertenecían a la élite, como los esclavos o las mujeres, colectivos sobre los que las fuentes antiguas ofrecen muy poca información. “Tengo la sensación de que tenemos un conocimiento mínimo de Grecia y Roma, que es la punta del iceberg y todo lo demás está por descubrir”, explica.
El pasado como medida de nuestro mundo
Para López Gregoris, el mundo antiguo es un espejo en el que podemos mirarnos, un interlocutor con el que confrontar las problemáticas actuales. Según la filóloga, resulta enriquecedor analizar los problemas a los que se enfrentaron las sociedades griega y romana, y las soluciones que les dieron, para valorar si son extrapolables. Con todo, “los retos que tiene la sociedad moderna no se responden en el mundo antiguo”, advierte. Aun así, el conocimiento del mundo antiguo resulta indispensable para entender nuestra identidad contemporánea, pues en buena medida se ha modelado sobre esa base, como recuerda la experta.
El mundo antiguo, por tanto, funciona como un punto de comparación y como un modelo idealizado que explica la identidad occidental. De tal manera, los Estudios Clásicos poseen una función social esencial: generar conciencia de que “el uso de cualquier referente del mundo clásico lleva implícito un mensaje actual, sobre el que debemos estar alerta”. Algo evidente, por ejemplo, en el discurso político, donde se producen con frecuencia “apropiaciones de ciertos valores que tienen que ver con el concepto de patria o de unidad, es decir, una fuente recurrente de enfrentamientos terribles en Occidente”, explica.
La mujer en el mundo antiguo y su situación hoy
Desde esta óptica aborda López Gregoris sus estudios sobre la mujer antigua. Los estudios de género se plantean cuestiones básicas para el feminismo y, en concreto, dónde estaban las mujeres cuando los varones estaban en la guerra o hacían política, es decir, cuando ellos movían el mundo. La pregunta no es ociosa, porque afecta a la mitad de la población de cualquier época y es difícil darle respuesta, ya que las fuentes son básicamente masculinas y nos ofrecen, prioritariamente, ese punto de vista. “Me parece que es una historia por hacer”, plantea la López Gregoris.
Los estudios de género, además, han enriquecido las preguntas que hacemos a los textos. La mirada feminista, por ejemplo, puede ayudar a entender por qué Mesalina, la esposa del emperador Claudio, ha sido concebido tradicionalmente como un personaje tan libertino y depravado.
“Desde nuestra mirada de mujeres o desde las preguntas que podemos hacer como mujeres, podemos entender que Mesalina vivió periodos de miedo, de inseguridad, y una infancia muy desgraciada, y que con veinte años ya había vivido lo que una mujer puede haber vivido hoy con sesenta”, explica la filóloga. El objetivo no es tanto rehabilitar o justificar a personajes “con muy mala fama”, como Agripina, madre de Nerón, o Livia, esposa de Augusto, otras mujeres de la casa imperial también vilipendiadas por la tradición, sino tratar de entender sus comportamientos y motivaciones.
Conocer la situación de la mujer en el mundo antiguo, por otra parte, puede beneficiar las agendas actuales del feminismo. “Es muy interesante volver sobre aspectos que siguen siendo muy actuales: la violencia, la cultura de la violación, el silenciamiento de la voz de la mujer en la vida pública”. A estas cuestiones se dedica el libro colectivo Mujer y violencia en el teatro antiguo editado por López Gregoris. “El objetivo principal era dar la voz a la mujer antigua […]. Que ellas contaran de primera mano cuál era su situación”.
La autora denuncia que los problemas principales de las mujeres siguen siendo los mismos y la comparación con el mundo antiguo “revela hasta qué punto el avance en Occidente es muy lento y muy incompleto”. Según la experta, seguramente esas medidas de represión son ahora más sutiles, pero entender la manera en que funcionaban en la Antigüedad nos hace ser más conscientes de ellas.
Otro aspecto interesante del libro es el uso de la violencia sexual contra la mujer en el mundo antiguo como táctica de guerra, otra terrible realidad de nuestro mundo actual, como denuncia la ONU. Pero, pese a lo poco halagüeño de estos datos, la filóloga es optimista y confía en que el ejemplo del mundo clásico nos haga tomar conciencia de nuestros problemas y nos permita encontrar soluciones más justas e igualitarias.
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Luis Unceta Gómez es profesor de Filología latina en la Universidad Autónoma de Madrid. Además de en la pragmática y los fenómenos de cortesía lingüística en latín, su labor investigadora se centra en la recepción del legado grecorromano en distintos formatos de la cultura popular, como el cómic, la narrativa fantástica o la ciencia ficción.
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Referencia bibliográfica:
López Gregoris, R. (ed.). 2021. Mujer y violencia en el teatro antiguo. Catarata.
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