Present
La Inteligencia Artificial en Ciencias Naturales, protagonista en los Premios Nobel de Física y Química 2024
Una convergencia amplia y creciente entre la inteligencia artificial y las ciencias naturales se ve reflejada en los recientes galardones de Premios Nobel, destaca en este artículo Jorge Bravo Abad.
Imagen por Johan Jarnestad, The Royal Swedish Academy of Sciences
Por Jorge Bravo Abad
El inicio del mes de octubre ha sido histórico para el campo de la inteligencia artificial (IA) y su papel en la ciencia. Los recientes Premios Nobel de Física y Química de 2024 han subrayado el impacto transformador de la IA en algunos de los problemas científicos más complejos y fundamentales de nuestra era.
El Premio Nobel de Física 2024 ha sido otorgado a John Hopfield y Geoffrey Hinton por sus contribuciones pioneras que vinculan la física y la IA. John Hopfield fue reconocido por su trabajo en las redes de Hopfield, un modelo inspirado en la física estadística que permite el almacenamiento y la recuperación de información a través de principios energéticos. Este modelo ha sido fundamental en la comprensión de los sistemas complejos y sus aplicaciones en computación. Por su parte, Geoffrey Hinton ha sido premiado por el desarrollo de las Máquinas de Boltzmann Restringidas (RBMs), un enfoque clave en el aprendizaje profundo que ha facilitado el modelado de sistemas complejos y el aprendizaje no supervisado. Las RBMs han demostrado ser una herramienta crucial en la intersección de la física y la inteligencia artificial, aportando soluciones novedosas a problemas computacionales de gran envergadura.
En el campo de la química, el Premio Nobel de Química 2024 ha sido otorgado a Demis Hassabis, John Jumper y David Baker por sus aplicaciones de la inteligencia artificial al plegamiento de proteínas, uno de los mayores desafíos de la biología. El trabajo realizado con AlphaFold, liderado por Hassabis y Jumper, ha revolucionado la capacidad para predecir la estructura tridimensional de casi todas las proteínas conocidas, un problema que había desafiado a la comunidad científica durante más de medio siglo. Este avance está llamado a transformar áreas como la medicina y la biotecnología, facilitando el desarrollo de nuevos tratamientos. Por su parte, David Baker ha utilizado la IA no solo para predecir estructuras, sino para diseñar proteínas completamente nuevas con aplicaciones innovadoras en la industria química y la medicina.
Estos galardones no solo celebran avances científicos concretos, sino que también reflejan una tendencia más amplia: la convergencia entre la inteligencia artificial y las ciencias naturales. Como profesor especializado en inteligencia artificial aplicada a la ciencia, resulta fascinante observar cómo disciplinas tradicionalmente separadas, como la física, la química y la biología, están siendo unidas por el uso de técnicas de IA.
En física, por ejemplo, las Máquinas de Boltzmann Restringidas han mostrado su eficacia en la modelización de sistemas complejos, como los que encontramos en la física de estado sólido y en la resolución de problemas cuánticos. Del mismo modo, en la biología, AlphaFold está transformando nuestra comprensión de las proteínas, componentes fundamentales para la vida, con implicaciones profundas en biomedicina y el desarrollo de nuevos fármacos. Por otro lado, la IA también está abriendo nuevas fronteras en la ciencia de materiales, donde las redes neuronales permiten predecir propiedades mecánicas y electrónicas de materiales antes de su síntesis, ahorrando así tiempo y recursos. Estos ejemplos no solo muestran el potencial de la inteligencia artificial para transformar la ciencia, sino también su capacidad para acelerar descubrimientos que habrían tardado décadas en lograrse mediante métodos tradicionales.
Los Premios Nobel de 2024 representan un hito en la integración de la inteligencia artificial con las ciencias naturales. La física, la química y la biología ya no son disciplinas aisladas, sino que están cada vez más interconectadas gracias a la IA. Es un momento excepcional para quienes trabajamos en este campo, y me siento profundamente afortunado de ser parte de esta revolución científica interdisciplinar que está redefiniendo los límites del conocimiento.
--------------
Jorge Bravo Abad es Profesor Titular en el Departamento de Física Teórica de la Materia Condensada y el Centro de Física de la Materia Condensada (IFIMAC) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Obtuvo su doctorado en Física en la UAM en 2006 y realizó investigación postdoctoral en MIT desde 2007 hasta 2010. Tras regresar a la UAM como investigador Ramón y Cajal en 2010, se convirtió en miembro del profesorado del Departamento de Física Teórica de la Materia Condensada en 2016. Fue Profesor Visitante (Becario Fulbright) en el Departamento de Física de MIT durante el año académico 2018-2019.
Su grupo de investigación se enfoca en la exploración y el desarrollo de técnicas y metodologías avanzadas de inteligencia artificial para abordar problemas complejos en física de la materia condensada y ciencia de materiales. En 2020, fundó la Red Española de IA en Física de la Materia Condensada y Ciencia de Materiales, una iniciativa que reúne a más de 30 grupos de investigación académicos e industriales, con el objetivo de impulsar la adopción y la innovación en el uso de la IA en estos campos.