Estudié el Grado en Historia y Teoría del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid entre 2015 y 2019, graduándome en junio de dicho año con Premio Extraordinario de Fin de Carrera. En el curso 2019-2020 cursé el Máster interuniversitario en Identidad Europea Medieval, en especialidad en intercambios y difusión artística en Europa, coordinado por la Universitat de Lleida. Soy beneficiaria del contrato predoctoral FPI-UAM desde el 1 de diciembre de 2020, por lo que estoy trabajando en mi tesis doctoral, dedicada a la imagen del Antiguo Testamento en el románico hispano y dirigida por la que fuera mi profesora en 4º de carrera, María Teresa López de Guereño Sanz.
Los años de estudio del grado me sirvieron para verificar que me quería dedicar profesionalmente a la Historia del Arte y, concretamente, seguir estudiándola a un nivel de mayor profundidad. En principio, me sentía inclinada hacia diferentes periodos históricos y estilos y, de hecho consagré mi TFG a la comparación entre Edward Hopper y Walker Evans, pintor y fotógrafo, respectivamente, del siglo XX. Sin embargo, en el último cuatrimestre de 4º de carrera, las clases de Maite me hicieron apostar por el arte medieval, hipótesis que se confirmó con la estancia que realicé ese verano en la Opera del Duomo de Santa Maria del Fiore (Florencia).
De la vida universitaria de esos años recuerdo con especial aprecio a determinados profesores y profesoras de gran nivel académico y de los/las que, ante todo, aprendí un método para mirar y estudiar arte. También están grabadas en mi memoria determinadas visitas culturales y, por supuesto, las tardes y descansos en la cafetería de la Facultad de Filosofía y Letras con mis compañeros y compañeras de curso. Con un grupo de ellos ha surgido una amistad que se ha mantenido incluso después de habernos graduado y haber tomado caminos distintos.
A quien esté planteándose estudiar Historia y Teoría del Arte en la UAM le diría que existen muchas más salidas profesionales de las obvias, pero, a la vez, que es importante no perder la tensión durante el grado, no solo a nivel académico en el estudio de las asignaturas, sino también apostando personalmente por cursos formativos, seminarios, actividades extra, visitas a exposiciones, estancias en el extranjero y estudio de idiomas. A quien esté a punto de graduarse le diría que continúe apostando por lo que le gusta hacer y por lo que en la carrera haya descubierto como atractivo, sin rebajar las expectativas, aunque los resultados no sean inmediatos y se consigan no sin esfuerzo.