Investigación
El potencial zoonótico oculto en algunas de las especies emblemáticas de las ciudades
Cada vez más, los humanos vivimos concentrados en grandes urbes en las que, pese a todo, es posible observar bastantes animales silvestres. Aves como cigüeñas, cotorras, gaviotas, gorriones o palomas, y mamíferos como conejos comparten espacio con especies más esquivas, como murciélagos y mapaches. El contacto con estas especies, sin embargo, podría acarrear riesgos relacionados con la transmisión de patógenos y parásitos, como han puesto de manifiesto dos recientes artículos publicados por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y financiados por la Comunidad de Madrid con fondos europeos.
Diseño experimental de la investigación realizada en paralelo en los dos estudios, e imágenes de dos casos analizadas: cotorras de Kramer en un parque de Madrid capital, y gaviotas y cigüeñas alimentándose en el vertedero de residuos sólidos urbanos de Colmenar Viejo.
La observación de cotorras, gorriones, palomas y conejos en un parque cercano a casa, o el paso de bandos de gaviotas sobre la ciudad acompañadas por el sonido de sus graznidos, pueden fácilmente trasladar al transeúnte a lugares distantes en los que recientemente disfrutó de unas merecidas vacaciones estivales. Igualmente, esas cigüeñas “que ya no se van”, y que nos acompañan en números crecientes en muchas localidades serranas de las que habían desaparecido, o que históricamente apenas albergaban una o dos parejas, generan una sensación de bienestar en el ciudadano corriente, que refleja tanto la propia naturaleza humana como una conciencia creciente por la necesidad de conservar la naturaleza.
Pero… ¿es todo positivo en la renaturalización de las ciudades? La convivencia estrecha de los seres humanos con la fauna silvestre no está exenta de riesgos, como desgraciadamente puso en evidencia la todavía reciente pandemia COVID-19. Entre las lecciones que nos dejó ésta se incluyó numeroso léxico al que éramos ajenos, como el término ‘zoonosis’ -Enfermedad o infección que se da en los animales y que es transmisible a las personas en condiciones naturales-. También aprendimos a que cuanto más diversa es la comunidad faunística, menos riesgo de transmisión de patógenos a los humanos. Transmisión que frecuentemente se produce por contacto con los excrementos de los animales, y por ello desde pequeños se nos enseña a evitar su contacto, y en veterinaria el análisis de parásitos en las heces animales es una práctica rutinaria.
El proyecto desarrollado
Con estos antecedentes, una investigación liderada por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) dentro del proyecto COVTRAVI-19-CM, financiado por la Comunidad de Madrid con fondos europeos, ha estudiado los organismos potencialmente zoonóticos (bacterias, protistas, nematodos, trematodos, cestodos y hongos) presentes en las heces de diversas especies de aves y mamíferos urbanos. Los investigadores realizaron dicha investigación aprovechando las capacidades que brinda el ‘metabarcoding’, una técnica genómica con gran capacidad para detectar simultáneamente indicios de la presencia de multitud de organismos en cada muestra analizada.El estudio dio lugar a la publicación de dos artículos científicos.
El primero sobre bacterias potencialmente zoonóticas, el cual se centró en el análisis de muestras de excrementos procedentes de cotorras (cotorra argentina y cotorra de Kramer), palomas domésticas y gorriones comunes de parques de la ciudad de Madrid, de cigüeñas blancas y gaviotas sombrías que se alimentan en vertederos de la Comunidad de Madrid, y por último de murciélagos (Pipistrellus sp.), conejos y mapaches, especies de mamíferos que cohabitan también la ciudad de Madrid y alrededores. Tanto las cotorras como los mapaches son especies exóticas invasoras provenientes de sueltas ilegales o escapes. La obtención de las muestras se realizó en estrecha colaboración con personal del Área de Medio Ambiente y Movilidad (Departamento de Fauna y Biodiversidad) del Ayuntamiento de Madrid y del Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS, Área de Conservación de Flora y Fauna) de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid, quienes aportaron las muestras de cotorras y mapaches analizadas en esta investigación. El segundo artículo se centró en el estudio de parásitos eucarióticos (protistas, nematodos, trematodos, cestodos y hongos) y en él solo se analizaron las muestras de cigüeñas blancas, gaviotas sombrías, cotorras argentinas y cotorras de Kramer.
En el primer trabajo se encontraron un total de 21 géneros bacterianos con especies potencialmente zoonóticas. 10 de ellos presentan especies de vigilancia obligatoria en la Unión Europea, tales como Campylobacter, Listeria, Chlamydia, Vibrio, Salmonella, Brucella y Yersinia. En aves urbanas (especialmente en gorriones y palomas) y en murciélagos se detectaron simultáneamente hasta 7 de estos 10 géneros. No obstante, la técnica empleada no permite discernir si los organismos detectados son patogénicos o no. Por su parte, en el segundo trabajo se encontraron un total de 23 géneros de parásitos eucariotas, 6 de ellos con potencial patogénico para el ser humano. Cabe destacar la presencia de lombrices intestinales del género Ascaris; hongos como Candida, Aspergillus y Cryptococcus y protistas que pueden provocar cuadros gastrointestinales como Cryptosporidium.
Implicaciones
Estos resultados ponen en relieve el posible riesgo asociado a las heces de la fauna urbana.De acuerdo con Xabier Cabodevilla Bravo, investigador postdoctoral y autor principal de ambos artículos, “esta investigación ha demostrado que el ‘metabarcoding’ puede ser una herramienta muy útil para estudiar el papel de la fauna como potencial reservorio de enfermedades, lo que permite diseñar estrategias de vigilancia y alerta temprana adecuados”. Dado que todas las especies analizadas podrían potencialmente albergar patógenos y parásitos zoonóticos, se pone en evidencia la necesidad de desarrollar e implementar sistemas adecuados de vigilancia activa de estos riesgos. Dichos sistemas deberían basarse en una confluencia apropiada de técnicas genómicas, microbiológicas y bioquímicas capaz de estimar el riesgo presente. “El ‘metabarcoding’ -añade el investigador- aporta una visión global de los taxones potencialmente zoonóticos presentes, lo que posibilita focalizar el esfuerzo de vigilancia en los géneros más relevantes, realizando estudios microbiológicos dirigidos para determinar las especies y cepas concretas y su patogenicidad”.
Referencias:
Cabodevilla, X., Malo, J.E., Aguirre de Carcer, D., Zurdo, J., Chaboy-Cansado, R., Rastrojo, A., García F.J. & Traba, J. 2024. Zoonotic potential of urban wildlife faeces, assessed through metabarcoding. Science of The Total Environment, 175866. doi: 10.1016/j.scitotenv.2024.175866
Cabodevilla, X., Malo, J.E., Aguirre de Carcer, D., Zurdo, J., Chaboy-Cansado, R., Rastrojo, A. & Traba, J. 2024. DNA Prevalence of Eukaryotic Parasites with Zoonotic Potential in Urban-Associated Birds. Birds, 5: 375-387. doi: 10.3390/birds5030025
Elaboración noticia: Autores y CIBC-UAM