Investigación
Describen la importancia de la conectividad ecológica en el área central del desierto de Atacama para el mantenimiento de las poblaciones de vicuña
Investigadores del CIBC-UAM, en equipo con la Universidad de Chile y la Fundación Sudamérica Diversa, han evaluado los factores determinantes del asentamiento de poblaciones, y la conectividad ecológica, de la vicuña (Vicugna vicugna) del Desierto de Atacama en la Región de Tarapacá (Chile), resultados que acaban de ser publicados. Concluyen que la existencia de áreas de gran potencialidad para la especie al norte y sur de la región, junto con parches óptimos de pequeña dimensión en forma de rosario entre ellas, deben aprovecharse para diseñar una estrategia de conservación a largo plazo para la especie en la que se atienda a la conectividad ecológica. Además, los análisis realizados muestran que en esta zona la conservación de la especie es muy dependiente de su asentamiento en zonas externas a las áreas naturales oficialmente protegidas, correspondientes en muchos casos a zonas declaradas de explotación minera.
A través de modelos de idoneidad de hábitat y de conectividad, los autores han podido construir mapas de áreas núcleo para las poblaciones de vicuña y de conectores óptimos entre ellas en la Región de Tarapacá (Chile). Estas herramientas resultarás útiles para dirigir las acciones de conservación a los hábitats y lugares donde sean de mayor interés. Mapa y figuras TEG-UAM.
Muchas especies animales se distribuyen en forma de grupos poblaciones más o menos grandes repartidos de forma dispersa por el territorio, sea como consecuencia de la heterogeneidad del hábitat, procesos históricos (p.ej. caza) o de una combinación de ambos. En tales casos, es muy frecuente que las conexiones entre núcleos poblacionales sean relativamente infrecuentes, pero resulten claves para el mantenimiento a largo plazo de la especie debido a que la llegada de nuevos individuos a los distintos núcleos poblacionales facilite su mantenimiento y permita el intercambio de información genética. Además, sólo la inmigración de áreas más o menos próximas permite la reocupación (colonización) de los sitios en que se produzcan extinciones locales. Esta capacidad de intercambio de individuos entre diferentes áreas depende de la estructura espacial en el territorio de los lugares más o menos idóneos para la especie en cuestión, y de las distancias y características de los hábitats (más o menos idóneos y por tanto con diferente grado de resistencia al movimiento) existentes entre ellos. Esta forma de mirar el territorio, como una superficie en la que se puedan definir zonas óptimas para la especie (“nodos”) y áreas entre ellas por las que pueden circular los individuos por recorridos (‘conectores’) con mayor o menor dificultad, es el objeto de los estudios de conectividad ecológica como el que se ha realizado en la Región de Tarapacá (Chile).
La vicuña (Vicugna vicugna) y la Región de Tarapacá resultan modelos ideales de trabajo en este contexto, tanto por las características de la especie como por las peculiaridades del territorio. La vicuña es un camélido silvestre de Suramérica de 40-50 kg, cuyas poblaciones se vieron mermadas desde unos dos millones de individuos en el momento de la conquista hasta apenas 6.000-10.000 hace 50 años. Fruto de este hecho, y de que habita en zonas desérticas o pre-desérticas llanas y a gran altitud (punas a 2.800-4.800 m s.n.m.), la especie se distribuye actualmente en forma de grupos poblacionales dispersos entre Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Tarapacá se encuentra en el corazón de esta área, y es la región chilena en que la puna aparece bajo condiciones más áridas. Es por ello que se trata de una región muy poco poblada y escasamente conocida, excepto por sus excepcionales reservas minerales, especialmente de cobre. En la región habitan las vicuñas de forma dispersa, y además “coincide con el punto medio de la distribución de la vicuña en Chile, donde se encuentran y conviven las dos subespecies de la misma, lo que refuerza el interés del lugar en términos de conservación” de acuerdo con Nicolás Fuentes, investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA Intihuasi) y coautor del estudio. La zona enfrenta además el cambio climático con perspectivas de un empeoramiento de las condiciones para la especie. “La estación de lluvias se está acortando debido al cambio climático, lo que no significa que llueva menos, sino que llueve menos días al año. Esto alarga la temporada de sequía, exponiendo a los individuos a un período más prolongado con escasez de recursos y por ende a una potencial disminución de su condición corporal y capacidad de supervivencia y reproducción” añade el investigador desde Arica (Chile). Por ello, resultaba necesario disponer de información formal para guiar el desarrollo de planes de conservación de la especie en esta remota región.
La importancia de la geomática para la conservación de especies
Con este marco de preocupación, la investigación desarrollada se centró en primer lugar en la realización de dos intensas campañas de campo para ejecutar el censo más detallado de la especie en toda la zona, con trabajo de campo en las estaciones seca y de lluvias. Con ellas se consiguió obtener una primera imagen de las abundancias locales de la vicuña, y de los hábitats en que es posible encontrarlas en la región. Sin embargo, a partir de este punto los investigadores se enfrentaron a un reto mayúsculo: cómo realizar la valoración global de los datos obtenidos, teniendo en cuenta que el territorio potencial de la especie se estimó en 11.200 km2, y los aproximadamente 2.500 km de censo sólo abarcaban una fracción de éste.
Para ello, se recurrió a las herramientas de los análisis de conectividad ecológica mediante sistemas de información geográfica, apoyadas en la combinación de los datos observacionales obtenidos con fuentes de información satelital. “Estos procedimientos permiten disponer de una visión de conjunto de todo el territorio desde la óptica de la especie focal y su utilización de los hábitats disponibles” nos indica la profesora Cristina Mata, autora principal del trabajo, desde su despacho en el Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid. Partiendo de los datos obtenidos en campo, continúa, “mediante modelos numéricos detectamos qué variables del ambiente se asocian con las observaciones de vicuña en nuestros recorridos de muestreo, y con ellas construimos modelos de idoneidad de hábitat que reflejan la preferencia o repulsión de la vicuña respecto de cada punto del territorio analizado. Es decir, generamos mapas en los que la topografía reflejada no corresponde con la altitud sino con cómo es de bueno cada punto para la especie”. En este punto se hace imprescindible la información existente en bases de datos geoespaciales obtenidas por teledetección, ya que los modelos se nutren con datos (altimétricos, geográficos, estructurales, bioclimáticos y de vegetación) cuya cartografía manual resultaría inabordable en áreas tan extensas y de difícil acceso.
A partir de los modelos de idoneidad de hábitat se pudieron definir las teselas del territorio en las que la presencia de la vicuña es más probable (un total de aproximadamente 176.000 hectáreas), lo que vendría a identificar las áreas de mayor interés, o “nodos”, de los que dependerían principalmente los grupos poblacionales de vicuña. Una vez definidos dichos nodos, “la aplicación de modelos derivados de las teorías de grafos y de circuitos eléctricos permite analizar la resistencia a los desplazamientos que presenta el territorio para la especie, de acuerdo con el inverso de la idoneidad de hábitat, y esto sirve tanto para valorar las posibilidades de conexión entre distintos núcleos poblacionales como la importancia que tienen en el territorio los diferentes nodos y conectores”.
Como resultados principales de los análisis, se detectó la existencia de una gran área relevante para la vicuña en el sur de la región, y otra de menor entidad en el norte pero que da continuidad a la distribución de la especie con las poblaciones de la contigua Región de Arica-Parinacota. En el centro de Tarapacá, por el contrario, las áreas idóneas para la especie son escasas y forman un rosario de lugares que pueden resultar clave para el mantenimiento de la conectividad entre las poblaciones de vicuñas del norte y sur de Chile. De este modo se constató que el territorio analizado posee un valor principal como conector entre poblaciones más que como espacio en que se puedan asentar grandes poblaciones del camélido.
Implicaciones para la conservación
El trabajo ha permitido detectar en primer lugar que las áreas oficialmente protegidas de la región apenas se solapan con las de mayor interés para la vicuña, ni como nodos centrales para sustentar poblaciones ni como como conectores. Es más, “en la parte meridional de la región, donde los indicadores de presencia de vicuña son mejores, se desarrollan proyectos mineros de interés nacional, lo que hace inviable proponer espacios de protección bajo administración pública” explica el Dr, Fuentes. Por dicho motivo los autores apuntan a la necesaria involucración de las compañías mineras en la conservación de la especie.
En concreto, las limitaciones de acceso a las áreas de concesión minera, la vigilancia existente en ellas, y la consecuente reducción de la caza ilegal pueden ejercer como vectores de apoyo al mantenimiento de grupos de vicuña en estas tierras. No obstante, debe atenderse a problemas directos que genera la actividad minera sobre las vicuñas, como el atropello de individuos o la extracción de agua de los escasos humedales del altiplano. Los planes de conservación, por tanto, deben buscar la forma en que las compañías mineras se impliquen en la conservación de la especie para maximizar los beneficios obtenidos y reducir en todo lo posible los impactos producidos.
Además, el trabajo ha definido las áreas que presentan un mayor potencial como corredores o puntos de paso intermedio para las vicuñas en sus desplazamientos norte-sur. Éstas serían las zonas de actuación preferente para los planes de conservación por parte de la administración, ya que la conectividad entre las poblaciones al norte y sur depende de ellas. Teniendo en cuenta que las distancias entre puntos de hábitat de interés son grandes, junto con las previsiones del cambio climático, los autores consideran que la atención a la conectividad del territorio debe ser una prioridad, y que en torno a ella se tendría que actuar tanto con acciones de conservación como de restauración de hábitats, y en estrecha conexión con los escasos pobladores locales y sus actividades ganaderas.
En definitiva, el trabajo pone de manifiesto la complejidad de poner en marcha estrategias de conservación compatibles con las actividades humanas cuando las especies de interés habitan en áreas sometidas a uso humano. Y ejemplifica además, cómo las aproximaciones científicas apoyadas en las tecnologías de la información pueden ayudar a entender mejor los procesos ecológicos y dirigir los esfuerzos para la protección de la naturaleza.
Referencia:
Mata, C.; González, B.A.; Donoso, D.; Fuentes-Allende, N.; Estades, C.F. & Malo, J.E. 2024. Ecological connectivity of vicuña (Vicugna vicugna) in a remote area of Chile and conservation implications. Land 13: 472. doi. 10.3390/land13040472
Elaboración noticia: Los autores y CIBC-UAM.