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Investigación

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El Laboratorio de Historia Antigua de Oriente Próximo y Egipto (Aula Didáctica Antonio Blanco Freijeiro) se ha instalado en el espacio antes ocupado por una clase de tamaño medio. Es decir, que tanto la colección como la disposición de las distintas secciones han tenido que ajustarse al máximo, comprimiéndose y obligando a limitar los ámbitos expositivos y el número de paneles. El mayor o menor tamaño de la superficie dedicada o el número paneles asignado a cada área no indica pues rango alguno, sino una obligada adaptación. 

plano
  1. Espacio central
  2. Área de organización
  3. Área de Anatolia
  4. Área de Siria y Levante
  5. Área de Mesopotamia y la región septentrional
  6. Área de Asia Central
  7. Área de la región irania
  8. Área de las penínsulas de Arabia y Omán
  9. Área de Egipto
  10. Área de trabajo práctico
  11. Área docente y de trabajo en red

Por la parte superior de las cuatro paredes, una especie de friso con temas alusivos marca la naturaleza de los diferentes espacios histórico-culturales o funcionales del aula.

La sala está dividida en dos por un pasillo central.

A la izquierda, tres paneles recogen de manera sintética la historia del Aula y Laboratorio.

A derecha, en seis paneles se hace una historia muy resumida de los viajeros españoles a Oriente Próximo.En distintas ocasiones y a lo largo del año, en estos paneles se colocan exposiciones temporales.

A la mitad, una mesa vitrina se utiliza para mostrar duplicados de materiales arqueológicos o exponer selecciones de fragmentos cerámicos, improntas de sellos, libros u otros objetos.

Al fondo y como cierre visual, un gran panel vertical recoge un fragmento de un cuadro de José Luis Pellicer, que evoca la llegada de Adolfo Rivadeneyra a Dizful.

Este pequeño espacio de índole administrativa se usa para acoger las visitas y orientar a las personas interesadas en el Aula y Laboratorio. Aquí se facilita información sobre las publicaciones disponibles y las diferentes actividades.

Se almacenan y custodian materiales diversos precisos para el funcionamiento del aula.

Un panel recuerda la fecha de la inauguración y el nombre de cuantas personas y a lo largo de los años, han hecho posible la formación de la colección y la creación del aula.

Como las demás áreas histórico-culturales en las que se divide el espacio del Aula y Laboratorio, la península de Anatolia posee unas características geográficas, históricas y culturales que exigen atención expresa.

A través de las fotografías recogidas en tres paneles  

              1.- Orígenes de las creencias, pueblos y ciudades de Anatolia

              2.- Del Imperio Hitita y la realidad de Wilusa

              3.- La Edad del Hierro: la época de luvitas, urarteos y frigios

y las maquetas de Arslantepe, la ciudadela de Hatuša y el templo de Ayanis, se evoca el largo proceso histórico que desde los santuarios de Gobekli o el Palacio de Malatya VIA lleva hasta la Gordion frigia.

Además, un pequeño panel evoca las figuras de A. Rivadeneyra, F. García Ayuso y M. Jiménez de la Espada, recordando el papel que los tres hubieran podido jugar respecto a Oriente en la España de su época.

La región sirio-levantina ha concentrado en los últimos treinta años un asombroso número de hallazgos. Buena parte de ellos ha impuesto una profunda revisión de la historia de Oriente Próximo.

A través de las fotografías reunidas en tres paneles

             1.- Las aldeas tempranas y los pueblos de Siria

             2.- Los reinos de Ebla, Mari y al-Yazira durante el III milenio

             3.- Pueblos, imperios y monarquías del II y el I milenio

y las maquetas del Palacio Real G de Ebla o la Construcción profunda de Tell Afis, se repasa la cultura y la historia sirio-levantina en el poblado de Abu Hureyra, las ruinas de Habuba Kabira, las ciudades de Ebla, Nabada, Mari o Urkiš, las gentes de Ugarit y la costa, la época de Mitanni, los hipogeos reales de Qatna y los reinos luvio-arameos.

Dos pequeños paneles recuerdan el papel de las misiones españolas en Siria.

La Mesopotamia antigua se corresponde sólo con el actual Iraq meridional (de la región de Bagdad a la desembocadura de Tigris y Éufrates): llamamos “meseta septentrional” a parte de la Yazira oriental, donde se desarrolló la historia de Asiria. Una y otra región fueron núcleo primero de la Antigüedad oriental.

Recogemos en las fotografías incluidas en tres paneles

           1.- Uruk, Acad, Ur… en la llanura de Mesopotamia

           2.- Babilonia: entre Hammurabi y Nabónido

           3.- Y al norte… dos mil años de la historia asiria

y las maquetas de la ciudad interior de Babilonia y los hipogeos reales de Assur, la densa historia del mundo sumero-acadio, de Babilonia y Asiria.

Un pequeño panel recuerda la primera excavación española en Iraq, interrumpida por la invasión del país el año 2003.

Hace ya mucho tiempo que la investigación ha demostrado que más allá del marco anatólico, sirio-mesopotámico e iranio, las gentes, las ideas y los avatares históricos de la Antigüedad oriental integraban espacios inmediatos y más lejanos, como Asia Central. La ruta del lapislázuli fue sólo uno de los caminos que unieron siempre el actual Afganistán con las costas sirio-palestinas.

Las fotografías reunidas en dos paneles

        1.- Campesinos, ciudades y monarcas de Asia Central

        2.- Gentes e imperios de Dahistán, Partia y Sogdiana

y la maqueta del santuario de Togolok 21 dan una aproximación histórica a las primeras ciudades en la región, como Altyn depe, el gran hallazgo de Gonur depe y la cultura de Margus, el asombroso mundo de la Edad del Hierro en Dahistán o la naturaleza de las tierras ancestrales de los partos o del gran reino de Sogdiana.

Entre el Cáucaso oriental y los Zagros por el oeste, el Kopet Dag, el Indu-Kush y las llanuras y montes del Sistán por el norte, nordeste y este, y las costas desoladas de Makran y el Fars abiertas al Golfo Pérsico y al Océno Índico se vive Irán. Parte siempre de la historia de Oriente, la de elamitas, medo-persas, aqueménidas, partos y sasánidas parece reducir la suya. Pero se conoce poco aún, en verdad, y muy mal.

Las fotografías de dos paneles

              1.- De los orígenes al Imperio Aqueménida

              2.- De Nisa a Bisapur. El Irán de partos y sasánidas

y las maquetas de Persépolis y el Palacio de Darío en Susa son síntesis obligada de un proceso trepidante: de las primeras experiencias urbanas y escritas en Susa a la cultura de la región de Jiroft, que alcanzó Mesopotamia, Asia Central y las orillas árabes del Golfo con sus productos: de los grandes centros del Imperio Elamita en sus distintas épocas a los del Aqueménida: y luego, la cultura y el poderío universal de los Grandes Reyes partos y sasánidas.

Uno de los grandes hallazgos del siglo XX probablemente sea la constatación de que los desiertos, montes y costas de las penínsulas de Arabia y Omán formaron parte íntima del proceso histórico y la cultura general del Oriente antiguo. Desde los desiertos de Jordania a las montañas del Yemen, y desde las costas omaníes a las del Mar Rojo hubo pistas, oasis y núcleos relevantes desde el origen de la cultura humana.

Las llamativas fotografías dispuestas en dos paneles

        1.- Rincones de Arabia, señores de Dilmun y Magan

        2.- De Marib, Tayma y los oasis de la región de Omán

y la maqueta de una instalación artesanal de la Edad del Hierro hallada en al Madam resumen la historia de Dilmun y Magan, del corazón de Arabia en Tayma y su región, de los reinos del Yemen y aquella Arabia recóndita.

Dos pequeños paneles recuerdan las excavaciones españolas en Yemen y Emiratos Árabes.

La personalidad de Egipto y su significado histórico merece un espacio algo mayor. A través de una amplia colección de fotografías recogidas en cinco paneles

        1.- Horus

        2.- Las dos señoras

        3.- Halcón de oro

        4.- El de la caña y la abeja

        5.- Hijo de Ra

encabezados por los cinco títulos de los monarcas, se da una aproximación a las peculiaridades de tan larga historia.

Las maquetas de la tumba de Ajenatón en Amarna, y la reconstrucción de dos fases de la célebre batalla de Qadeš ilustran de forma original dos parcelas precisas de la Antigüedad faraónica.

El espacio está concebido para que el alumnado, bajo tutela del profesorado, aprenda las características de los fósiles de la cultura material, su uso y datación, y a buscar rápidamente referencias en una bibliografía básica.

A tal efecto, junto a las decenas de cajas que custodian las colecciones de referencia se dispone de una serie de publicaciones propias concebidas para tal fin:

       Isimu

       Cuadernos Walter Andrae

       Supplementa ad Isimu

       Cuadernos básicos

y una pequeña selección de libros reunida con igual intención como atlas, diccionarios, obras de referencia por cada área geo-histórica. Tales medios apoyan, dan referencias y sugieren líneas de trabajo para comprender mejor la colección de cerámicas, objetos diversos, improntas de sellos cilíndricos, duplicados didácticos y otros elementos de la cultura y la historia de las diferentes regiones de Oriente antiguo y Egipto.

Dos paneles recogen mapas históricos, cuadros cronológicos y secuencias cerámicas fósiles de Oriente Próximo antiguo y Egipto.

En la pared y sobre la estantería de materiales y libros, un pequeño panel y dos mapas decoran y recuerdan al tiempo, a los últimos viajeros españoles a Oriente durante los inicios del siglo XX.

Esta zona cuenta con los elementos propios de cualquier aula docente, como mesa de profesor y pizarra, proyector, nueve puestos para alumnos y diez ordenadores.

Pero más que una zona de clase se trata de un lugar para impartir explicaciones, aprovechar los recursos informáticos y poner en común las reflexiones y líneas de trabajo sugeridas por la combinación que cada persona haga entre las áreas geo-históricas y la de trabajo práctico y sus materiales.

Aquí, el alumnado puede consultar fácilmente los medios dispuestos en red por el Laboratorio, o cualquier otra referencia científica bajo la tutela del profesorado.

A la derecha, tres paneles recogen las semblanzas de diez viajeros, diez filólogos y diez arqueólogos e historiadores de la Antigüedad de Oriente Próximo y Egipto, maestros e ilustres antepasados de cuantos comienzas sus estudios en esos ámbitos.

En la pared de enfrente, un mapa señala las primeras excavaciones españolas en Oriente: un panel recuerda a B. Ubach, M. Aldrey Pereira, J. Mª. Peñuela y Á. R. Garrido, estudiosos de las lenguas orientales antiguas, que entre el XIX y mediados del XX conservaron el saber y lo dejaron en manos de la generación que hoy puebla nuestras universidades y centros de investigación.

Además, sendos retratos guardan la memoria de nuestros jóvenes compañeros J. Mª Herrero de la Iglesia (historiador) y Fco. Hernández Carrasquilla (biólogo), muertos prematuramente y antes de poder ver finalizada el Aula y el Laboratorio en cuya empresa pusieron ilusión y sabiduría.