LA BÚSQUEDA DE NUEVOS MERCADOS (1): COLEO DE SAMOS EN TARTESO
"Poco después, sin embargo, una nave samia - cuyo
patrón era Coleo-, que navegaba con rumbo a Egipto, se desvió
de su ruta y arribó a la citada Platea ... Acto seguido, los samios
partieron de la isla y se hicieron a la mar ansiosos por llegar a Egipto,
pero se vieron desviados de su ruta por causa del viento de levante. Y como
el aire no amainó, atravesaron las Columnas de Heracles y, bajo el
amparo divino, llegaron a Tarteso. Por aquel entonces ese emporio comercial
estaba sin explotar, de manera que, a su regreso a la patria, los samios,
con el producto de su flete, obtuvieron, que nosotros sepamos positivamente,
muchos más beneficios que cualquier otro griego (después, eso
sí, del egineta Sóstrato, hijo de Laodamante; pues con este
último no puede rivalizar nadie). Los samios apartaron el diezmo de
sus ganancias - seis talentos- y mandaron hacer una vasija de bronce del tipo
de las cráteras argólicas, alrededor de la cual hay unas cabezas
de grifos en relieve. Esa vasija la consagraron en el Hereo sobre un pedestal
compuesto por tres colosos de bronce de siete codos, hincados de hinojos".
(Heródoto, IV, 152).