Representantes políticos escuchan la preocupación y el malestar silente de muchos psicólogos y asociaciones de ciudadanos con diferente sensibilidad y acogida: Éxito de Ciudadanos y reformulación en el posicionamiento inicial del PP. PSOE, Podemos e IU no cumplen las expectativas.
El pasado viernes, día 4 de diciembre, representantes políticos con experiencia y responsabilidades en el ámbito sanitario, participaron en un debate sobre “El estado actual y necesidades de la atención psicológica en España” que tuvo lugar en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid.
Participaron Daniel Álvarez Cabo, Portavoz de Sanidad por Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, María Isabel Ardid Jiménez, Portavoz Adjunta de Sanidad por el PSOE en la Asamblea de Madrid, Ana Castaño Romero, Responsable de Sanidad del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, Daniel Cuesta Lozano, Área Federal de Salud de Izquierda Unida - Unidad Popular, y Mercedes Navío Acosta, Coordinadora Asistencial de la Oficina Regional de Salud Mental por el PP.
Los representantes políticos pudieron escuchar propuestas articuladas por un grupo de trabajo generado entre los más de 20 ponentes que se habían reunido el día anterior para discutir sobre el presente y futuro de la Psicología Clínica y de la Salud en España, en la misma facultad. En este último encuentro participaron personas de toda España, incluyendo varios profesores universitarios, asociaciones profesionales, colegio profesional, asociaciones de usuarios y representantes de estudiantes de grado y posgrado, entre otros.
En el debate con los representantes políticos, se partió de la consideración de que la salud es un derecho y se expresó la preocupación de que los ciudadanos de este país requieren más y mejor atención psicológica, más aún en la situación de crisis económica que venimos arrastrando. A pesar de esto, se apuntó que apenas existen recursos que garanticen el acceso a la misma, siendo los movimientos sociales los que se están organizando con psicólogos en el ejercicio privado para proporcionar atención psicológica gratuita. Cabe asemejar a nuestro país con uno pobre en lo que se refiere al acceso a la atención psicológica. Además, se destacó el hecho de que otros profesionales (de la medicina, enfermería, y otros) o voluntarios sin cualificación, se ven obligados a “hacer de” psicólogos, tratando de suplir su carencia en los lugares y espacios necesarios. Se puso de manifiesto que, en muchas ocasiones, las intervenciones psicológicas son las más adecuadas y eficaces para prevenir y tratar la enfermedad y promocionar la salud, el bienestar y la calidad de vida. Estas intervenciones en el inicio de los problemas, evitarían su empeoramiento y cronificación, así como el sufrimiento y el grave coste personal, familiar y social asociado a los mismos, propiciando más años de vida sana y feliz. Los representantes políticos reconocieron la importancia y necesidad de incorporar más psicólogos en el sistema sanitario y en la atención a la salud en general.
Durante el debate, también tuvieron la oportunidad de escuchar una diversidad de voces, incluyendo a psicólogos que, desde el 2003, año en que la Psicología quedó excluida de las profesiones sanitarias, vienen siendo afectados por la regulación actual de la profesión.
También se manifestó la situación irresuelta a la que se ven abocados los actuales y futuros profesionales de la Psicología Clínica y de la Salud: En 22 años de existencia del programa PIR, se han formado un total de alrededor de 2000 Psicólogos Especialistas en Psicología Clínica, cifra absolutamente incapaz de cubrir las necesidades de atención psicológica, dada la alta prevalencia de problemas psicológicos en nuestra sociedad. Mientras tanto, la nueva profesión regulada de Psicólogo General Sanitario, a pesar de su inoportuno nombre, paradójicamente, se ve excluida de poder ejercer en el Sistema Nacional de Salud. Ello, a pesar de su idéntico nivel de cualificación para ejercer como Psicólogo Clínico y de la Salud, ajustándose al marco europeo de formación especializada.
Los representantes políticos asumieron la complejidad del fenómeno, algunos reconociendo la poca información que tenían sobre algunos de los aspectos debatidos, en particular, las dificultades en el ejercicio profesional ocasionadas por la actual regulación. Ciudadanos y PP se comprometieron a propiciar la reforma normativa de las figuras actuales de psicólogos en este ámbito. Todos se comprometieron a propiciar la incorporación de psicólogos en el sistema sanitario y en la atención primaria. La mayoría reconocieron la importancia de promover la creación de Servicios de Psicología Clínica y de la Salud. Además, el PP se comprometió a potenciar la investigación de calidad en todas las dimensiones de la salud y, particularmente, su rama menos financiada, la salud mental.
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